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El factor demográfico: moldeando la economía del futuro

El factor demográfico: moldeando la economía del futuro

13/12/2025
Yago Dias
El factor demográfico: moldeando la economía del futuro

En las últimas décadas, la caída de la natalidad y el envejecimiento de la población han emergido como fuerzas transformadoras de la economía global. Estos cambios estructurales redefinen la forma en que producimos, consumimos y diseñamos políticas públicas.

Transformación demográfica global

La humanidad vive un momento sin precedentes: en 2025, somos alrededor de 8.500 millones de personas, pero la base de la pirámide poblacional se estrecha.

Países de todos los continentes enfrentan un reto común: las tasas de natalidad caen por debajo del nivel de reemplazo, mientras la proporción de mayores de 65 años crece aceleradamente.

Tendencias y cifras clave

Entre las tendencias más destacadas se encuentran las siguientes:

  • Dos tercios de la población mundial vive en regiones con tasas de natalidad inferiores al nivel de reemplazo.
  • En España, la media es de 1,2 hijos por mujer, muy por debajo del umbral de 2,1.

El descenso de la población activa afectará la relación cotizantes-jubilados, con una tasa de soporte global que pasará de 3,9 a 2 personas de 15-64 años por cada mayor de 65 en 2050.

Las proyecciones apuntan a cambios drásticos: China verá reducirse su peso del 18% al 6% de la población mundial hacia fin de siglo, mientras que África Subsahariana representará un tercio del total.

Impacto económico

Los efectos sobre el crecimiento son significativos. Se espera que el ritmo global de expansión del PIB decline 1,1 puntos porcentuales entre 2025 y 2050 respecto al periodo anterior.

En economías avanzadas, la merma puede rondar los 0,8 puntos. Según el FMI, hacia 2100 algunas regiones podrían perder hasta dos puntos porcentuales anuales.

El mercado laboral resentirá la presión sobre las pensiones y la necesidad de asistencia social, creando tensiones fiscales sin precedentes.

Retos sociales y territoriales

La despoblación rural y la desigualdad intergeneracional exigen replantear el contrato social.

  • Regiones despobladas pierden servicios esenciales y dinamismo económico.
  • Las migraciones femeninas afectan el desarrollo rural y la sostenibilidad local.
  • La brecha entre jóvenes y mayores puede socavar la cohesión social.

Garantizar la equidad requiere políticas inclusivas que integren a diversos grupos etarios y de género.

Soluciones y palancas de cambio

Frente a estos desafíos, existen rutas de acción urgentes y complementarias:

  • Aumentar la participación laboral y productividad mediante formación continua y apoyo a la innovación.
  • Aprovechar la IA y la automatización para compensar la escasez de mano de obra.
  • Impulsar una migración bien gestionada e integrada de nuevos residentes.
  • Promover un envejecimiento saludable de las personas mayores para maximizar su aportación social y económica.

Es clave que las políticas de empleo se centren en mayores de 55 años y jóvenes, con incentivos y flexibilidades adaptadas.

Escenarios futuros y conclusiones

Las proyecciones alternativas muestran que acciones coordinadas pueden sumar hasta 0,3 puntos de crecimiento anual adicional, compensando un tercio del efecto demográfico.

Invertir en tecnología, salud, educación y políticas migratorias robustas representa una oportunidad para reequilibrar estructuras y asegurar bienestar.

El factor demográfico no es solo un reto, sino también un motor de innovación y cooperación. Al reconocer su impacto, podremos diseñar un modelo económico más sostenible y justo para todas las generaciones.

Yago Dias

Sobre el Autor: Yago Dias

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