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La gran migración de capitales: ¿hacia dónde apunta el dinero?

La gran migración de capitales: ¿hacia dónde apunta el dinero?

15/11/2025
Fabio Henrique
La gran migración de capitales: ¿hacia dónde apunta el dinero?

En 2025 el flujo de inversiones globales se redefine, trazando nuevos rumbos y abriendo oportunidades inauditas. Comprender esta gran migración de capitales es clave para inversores, empresas y gobiernos.

Contexto macroeconómico

La economía global afronta una desaceleración con crecimiento bajo tendencia. Los pronósticos de gestoras internacionales apuntan a un incremento del PIB por debajo de la media de ciclos previos, lo que reduce los beneficios empresariales y la inversión en bienes de equipo.

En este escenario los inversores se lanzan en búsqueda de activos tangibles y resilientes, huyendo de la volatilidad de mercados que no prometen las rentabilidades históricas de antaño.

Las tensiones geopolíticas alimentan la incertidumbre: la guerra Rusia-Ucrania y el conflicto en Oriente Medio han provocado un choque energético y repunte inflacionario. A ello se suma un giro proteccionista en EE. UU., con aranceles más agresivos, que redibuja las cadenas de suministro.

Tras un ciclo de subidas bruscas de tipos de interés, 2024-2025 asoma la estabilización de las tasas oficiales. Este cambio redefine el atractivo relativo de la renta fija, deuda privada y activos de riesgo.

Según el Real Instituto Elcano, la globalización retrocede un 1,4 % en la presencia global agregada de 150 países, confirmando un entorno más fragmentado y competitivo.

Reequilibrio geográfico

Reequilibrio desde EE. UU. hacia Europa y otros bloques desarrollados

Durante la última década casi todo el capital se concentró en la renta variable estadounidense, especialmente en tecnología y grandes plataformas. En 2025 se aprecia una redistribución del capital hacia otros bloques sin huida masiva de EE. UU., pero con un claro ajuste marginal.

Europa recupera protagonismo por su estabilidad institucional y regulatoria, y por ambiciosos proyectos en infraestructuras, energía e industria soportados por políticas públicas. El Viejo Continente exhibe ahora una percepción de valor tras años de rezago bursátil frente a su vecino atlántico.

La política monetaria de la Fed y del BCE influye directamente en la comparación de costes de endeudamiento y retornos esperados, reforzando este reequilibrio.

Atracción creciente de mercados emergentes

Asia y América Latina se consolidan como destinos clave de inversión. Países como India, Brasil, México e Indonesia ofrecen:

  • Crecimiento económico robusto y sostenido
  • Urbanización acelerada y población joven
  • Reformas pro-mercado y marcos favorables al capital extranjero

El capital ya no se limita a los destinos emergentes tradicionales: aparece diversificado entre Asia, partes de Latinoamérica e incluso ciertas economías africanas con trayectorias de crecimiento estable.

Transformación de clases de activos

Giro hacia activos reales y naturaleza

Una parte sustancial del dinero migra fuera de los activos puramente financieros tradicionales hacia categorías ligadas a la economía física:

  • Infraestructuras críticas
  • Energía renovable y redes eléctricas
  • Recursos naturales y tierras agrícolas
  • Logística y transporte

El capital natural y la regeneración de ecosistemas ganan terreno. Fondos de inversión, family offices y bancos de desarrollo canalizan recursos a proyectos de restauración, conscientes de que activos biológicos generan retornos resilientes.

Auge de la inversión alternativa

La inversión alternativa crece a un ritmo anual global del 8,4 % y se espera que supere los 24.500 millones de euros en 2028. Destacan:

  • Private equity y private debt alineados con megatendencias
  • Capital riesgo con foco en IA y descarbonización
  • Activos digitales: criptoactivos y tokenización de proyectos reales

La estabilización de tipos fomenta la demanda de iliquidez, mientras inversores buscan diversificación con menor correlación a mercados tradicionales.

Desplazamiento sectorial y de estilos

Tecnología en un nuevo ecosistema

La tecnología sigue siendo un motor de crecimiento, pero ya no monopoliza las carteras. El sector de IA atrae enormes partidas de capital, con planes de capex por más de un billón de dólares de los hiperescaladores globales.

Sin embargo, Big Tech se integra en un ecosistema más amplio donde otras industrias compiten por atención e inversión.

Energía, infraestructuras y regeneración natural

El imperativo de la transición energética impulsa flujos a proyectos de energías limpias, redes de transporte y rehabilitación de ecosistemas. Gobiernos y organismos multilaterales movilizan fondos para garantizar la seguridad energética y desarrollo sustentable.

Inversiones en hidrógeno verde, almacenamiento de energía y conservación de suelos marcan la pauta de nuevas rentabilidades.

De growth a valor y sostenible

Se consolida un cambio de estilo inversor hacia valor y sostenible. Tras años de dominar las carteras, las acciones de crecimiento reducen su peso, mientras las estrategias basadas en criterios ESG y valoraciones atractivas cobran protagonismo.

  • Acciones de valor con dividendos estables.
  • Estrategias sostenibles alineadas con objetivos climáticos.
  • Fondos temáticos en salud, agua y agricultura regenerativa.

Perspectivas y conclusiones

La gran migración de capitales en 2025 no es un fenómeno puntual, sino la respuesta a un entorno más incierto y diversificado. Inversores de todo tamaño adoptan enfoques multidimensionales y flexibles para navegar esta nueva realidad.

Para aprovechar al máximo esta transformación, es clave:

  • Evaluar riesgos geopolíticos y regulatorios con visión global.
  • Buscar activos reales y alternativos para equilibrar carteras.
  • Explorar sectores emergentes y economías de alto crecimiento.

Solo así el capital encontrará nuevos horizontes de rentabilidad y contribuirá a un desarrollo más equilibrado y sostenible a escala planetaria.

Referencias

Fabio Henrique

Sobre el Autor: Fabio Henrique

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