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Migración y economía: una relación compleja y transformadora

Migración y economía: una relación compleja y transformadora

12/12/2025
Yago Dias
Migración y economía: una relación compleja y transformadora

La migración no es solo un fenómeno demográfico sino un motor esencial que redefine la estructura social y económica de España. En los últimos años, la llegada de población extranjera ha sido el motor principal del crecimiento poblacional, deteniendo el declive en regiones afectadas por la despoblación y aportando un impulso al mercado laboral.

En este artículo analizamos las dimensiones de esta transformación: su impacto en la creación de empleo, su contribución fiscal, los sectores estratégicos, los desafíos de integración y la paradoja de la emigración que acompaña al fenómeno.

Transformación demográfica

Desde principios de 2022, la población española creció en 1,5 millones de personas, de las cuales 1,2 millones proceden de extranjeros. Esta entrada masiva ha elevado la proporción de inmigrantes del 11,6% al 13,8% del total poblacional.

Regiones con fuerte declive demográfico como Asturias, Castilla y León o Galicia han visto en la inmigración una tabla de salvación para sus municipios rurales. Los nuevos residentes aportan dinamismo, incrementan la natalidad y refuerzan servicios básicos.

Dinamismo económico

La creación de empleo ha experimentado un cambio radical: entre 2022 y 2024, el 45% del crecimiento de los afiliados a la Seguridad Social recayó en población extranjera y el 57% del aumento de la población activa fue inmigrante.

Entre enero de 2024 y marzo de 2025, el 90% del empleo nuevo lo ocuparon extranjeros, quienes representan ya el 23% de la población ocupada. Su participación impulsa el PIB, fortalece la resiliencia del mercado laboral y aporta flexibilidad ante ciclos económicos adversos.

  • Hostelería: 50% de nuevo empleo ocupado por inmigrantes.
  • Comercio: 55% del crecimiento laboral.
  • Construcción: 60% de los puestos cubiertos.
  • Agricultura: 80% de mano de obra contratada.

Sectores estratégicos y tabla comparativa

La presencia extranjera se concentra en áreas con déficit de mano de obra, donde resultan imprescindibles para mantener la competitividad y evitar cuellos de botella productivos.

Sostenibilidad fiscal

Estudios de la Universidad Politécnica de Cartagena muestran que los inmigrantes aportan un 70% más de lo que perciben y un 30% más que los nativos, reflejando una contribución fiscal neta positiva. En Murcia, por ejemplo, generaron el 35% del crecimiento económico regional entre 2005 y 2019.

Este saldo favorable ayuda a financiar pensiones, sanidad y educación, clave para sostener el estado de bienestar frente al reto del envejecimiento.

Desafíos de integración

A pesar de sus aportes, la población inmigrante sufre mayor precariedad laboral que sufren los inmigrantes, con contratos temporales y salarios más bajos. Mejorar sus condiciones es fundamental para consolidar su contribución.

Asimismo, reducir el abandono escolar y fomentar la formación superior entre hijos de inmigrantes debe ser una prioridad para cerrar brechas de desigualdad y potenciar el capital humano.

  • Limitar la contratación parcial involuntaria.
  • Incentivar la formación continua y el reconocimiento de títulos.
  • Impulsar políticas de acogida y acompañamiento lingüístico.

Perspectiva demográfica futura

La población inmigrante presenta menores tasas de dependencia, índices de fecundidad más altos y una mayor proporción en edad activa. De hecho, mientras la población nativa cayó un 1,2% entre 2019 y 2023, la extranjera creció un 25%.

La inmigración actúa frenando el envejecimiento de la población y garantiza la viabilidad del sistema de pensiones y la financiación de servicios públicos. Los flujos actuales serán decisivos para sostener el modelo de bienestar en las próximas décadas.

La paradoja de la emigración

España también pierde capital humano: en 2022, el valor económico de las personas que emigraron superó los 150.000 millones de euros, el 89,3% de ellos en edad de trabajar. Esta fuga contrasta con los beneficios de la inmigración y destaca la necesidad de retener talento.

Abordar esta dualidad requiere políticas que potencien el retorno y la atracción de profesionales altamente cualificados, equilibrando la balanza de capital humano.

En conclusión, la migración ha demostrado ser un factor transformador para España. Su contribución en términos demográficos, laborales y fiscales refuerza la economía y permite afrontar retos futuros. Sin embargo, cabe redoblar esfuerzos en integración, formación y retención de talento para maximizar su impacto positivo y construir una sociedad más inclusiva y próspera.

Yago Dias

Sobre el Autor: Yago Dias

Yago Dias